En este ecosistema las gramíneas, juncales y otras plantas
de pastizal o céspedes constituyen la vegetación dominante. Aunque en las
praderas de las regiones templadas puedan existir más de 50 especies de plantas
vasculares y en las praderas tropicales más de 200, en general, dos o tres
especies de gramíneas son las que dominan más del 60% de la biomasa del
terreno; aquí habitan grandes herbívoros y aves, además de una gran cantidad de
flora. Se desarrollan en latitudes medias, donde existen variaciones climáticas
a lo largo del año que determinan cuatro estaciones bien diferenciadas. En las
zonas donde la precipitación anual supera los 600 milímetros los suelos son
profundos y ricos en materia orgánica, se extienden las praderas. La vegetación
anual de este ambiente es continua y está representada por las gramíneas, pero
éstas ha sido prácticamente sustituidas por cultivos de cereales (maíz, trigo,
cebada) y oleaginosas (girasol, soja).
Clima:
Las praderas (estepas) son ambientes templados, con veranos
de cálidos a calientes e inviernos de frescos a muy fríos; con frecuencia, las
temperaturas son extremas en estas áreas centro continentales. Se encuentra,
frecuentemente, entre los bosques templados y los desiertos, y la precipitación
anual es intermedia a las características de estas zonas; la precipitación
varía de altamente estacional a ser distribuida durante todo el año. Los
vientos juegan un papel importante en estos ambientes muy abiertos. En el norte
de la zona, puede acumularse mucha nieve pero su presencia disminuye mucho
hacia el sur (o norte, en el Hemisferio sur)
Suelos:
Los suelos típicos de las praderas son los chernozems,
suelos que son alcalinos debido a que, en ellos, el movimiento neto del agua es
hacia arriba, arrastrando calcio que se precipita como carbonato de calcio. Los
chernozems de las praderas tienen horizontes superiores negruzcos debido a la
descomposición constante de las gramíneas formando un humus negro. Las praderas
de gramíneas altas tienen suelos más marrones, más ricos en humus y de
estructura limosa.
Flora:
La vegetación dominante en las praderas es la de gramíneas
con algunas plantas perennes y herbáceas no gramíneas entremezcladas en
diferentes proporciones en diferentes lugares. La altura media de las gramíneas
está correlacionada con la pluviometría; en las praderas norteamericanas se
observa un gradiente longitudinal de este a oeste de zonas de pradera alta,
media y baja. El aspecto cambia considerablemente: en la primavera, las
gramíneas están verdes y las demás especies están en floración, mientras que a
mediados del verano predominan las plantas fallecientes de color marrón y
produciendo semillas. Algunas estepas, especialmente en áreas más áridas, están
dominadas por arbustos y se diferencian de los desiertos principalmente porque
se encuentran en mayores latitudes, tienen temperaturas medias menores y tienen
una diversidad menor.
Fauna:
La diversidad, tanto animal como vegetal, es más bien baja
en esta zona estructuralmente simple de clima templado. Por ejemplo, usualmente
no hay más de dos o tres especies de mamíferos herbívoros grandes en una
pradera templada típica, mientras que en algunas praderas tropicales (sabanas)
puede haber una docena o más. Las aves son diversas solamente en los humedales
y en la vegetación ribereña a lo largo de los ríos. Las praderas del Hemisferio
Sur que se encuentran adyacentes a bosques tropicales y sabanas pueden tener
una mayor diversidad animal que los del Hemisferio Norte. El único grupo de
vertebrados que es especialmente característico de las praderas es el de las
aves paserinas--alondras, calandrias.
Adaptaciones Vegetales:
Las gramíneas están bien adaptadas para cubrir el suelo
descubierto y son relativamente resistentes tanto al fuego como al pastoreo
debido a que sus hojas crecen desde la base, a diferencia de la mayoría de las
plantas donde las hojas nuevas se originan continuamente de las puntas de las
ramas. Siempre que su base permanezca intacta, puede haber crecimiento
inmediatamente luego de haber sido quemada o comida la parte productiva de las
gramíneas. Sus hojas tienen un alto contenido de sílice que desgasta los
dientes de los animales que pastorean, y algunas especies no gramíneas son
altamente tóxicas para los herbívoros. La mayoría de las gramíneas proliferan
por medio de estolones, tallos subterráneos horizontales y que producen nuevas
hojas a intervalos regulares. Otras, especialmente en áreas más secas, crecen
en mechones lo que les permite resistir la desecación por el viento debido a lo
denso de su forma de crecimiento; muchas especies no gramíneas son similares
estructuralmente. Las gramíneas son polinizadas por el viento, lo que es muy
efectivo en este ambiente abierto.
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