Muy variable en composición de
especies pero con estructura y clima muy similares. Está dominado por árboles
en varios estratos, con abundancia de helechos y epífitas. El follaje del 50%
de sus especies de árboles se pierde durante alguna época del año. Comparten
lluvias frecuentes, nubosidad, neblina y humedad atmosférica altas durante todo
el año. Estos bosques han funcionado como refugios para especies durante los
cambios climáticos de los últimos miles de años.
Clima:
La mayor parte del año está inmerso en neblina
o nubes bajas, con lluvias abundantes y vientos húmedos en las laderas con
influencia del mar (barlovento). La temperatura media anual oscila entre los
12° y los 23°C, aunque en invierno las temperaturas pueden caer por debajo de
los 0°C. Crece en terrenos con suelos ácidos profundos o muy someros e
inclinados, ricos en materia orgánica y humedad todo el año.
Flora:
Están compuestos por una mezcla
de especies boreales y neotropicales además de otras únicas tanto de origen muy
antiguo como reciente, como pinos (Pinus spp.), encinos (Quercus spp.),
liquidámbar (Liquidambar spp.), magnolias (Magnolias spp.), caudillo
(Oreomunnea mexicana), árbol de las
manitas (Chirantodendron pentadactylon) y helechos arborescentes (Cyathea spp.)
y una gran cantidad de epífitas (Bromelias, orquídeas, cactos). Se calcula que lo
habitan casi 10% de las especies de plantas del país (2,500 especies) de las
cuales el 30% son exclusivas de este bosque. De ellas, cerca de 1,300 especies
son dicotiledóneas, 700 monocotiledóneas, 500 helechos y 10 gimnospermas, 800
son epífitas.
Fauna:
Ahí viven una gran diversidad de
ranas y salamandras y especies únicas de aves como el quetzal (Pharomachrus
mocinno) y el pavón (Orephasis derbianus), el Colibrí Oaxaqueño (Eupherusa
cyanophrys) y el Colibrí Cola Blanca (E. poliocerca), endémicos de México y el
colibrí Cola Rayada (E. eximia) del sureste. También viven ahí ratones
arborícolas (Habromys delicatulus, y H. schmidlyi) y gran diversidad de ranas y
salamandras.
Suelo:
los suelos rocosos son comunes en
las laderas y afloramientos rocosos de los bosques caducifolios templados. La
abundancia de partículas minerales no porosas en estos suelos los hace secos y
estériles. Además, la tendencia de los suelos rocosos de hallarse en pendientes
causa que el agua drene rápidamente. Por estas razones, sólo pequeños árboles
de hoja caduca, como los nogales, son capaces de crecer en los suelos pedregosos.
Los tipos específicos de rocas que comprenden los suelos pueden variar. Sin
embargo, cuando la piedra caliza está presente, la alcalinidad del suelo a
menudo es elevada.
Amenazas del
ecosistema:
Las principales amenazas son la tala
clandestina, los incendios, los desmontes para agricultura, ganadería, desarrollo
urbano y caminos. Su lenta regeneración, la reducción de su distribución y su
continua perturbación han ocasionado que sean considerados frágiles, en peligro
de extinción y con prioridad de conservación.
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